El nombre científico es Ficus
carica , esta denominación proviene del latín: Ficus, significa
higuera; y Caria se refiere a la región de Asia Menor de donde
procede. Pertenece a la familia de las Moráceas. Aunque es
originaria del Suroeste Asiático, la encontramos asilvestrada en el
sur de Europa, sobre todo, en lugares rocosos y cálidos de la zona
mediterránea.
Los frutos de la higuera son diversos,
distinguiéndose muchas variedades y distintas fructificaciones
estacionales, designándose con términos como higos blancos, higos
reina, higos negros y brevas.
Florece desde primavera hasta otoño en que maduran sus frutos, los higos. Estos pueden comerse frescos o bien secos y tienen un elevado poder nutritivo.
La higuera es un árbol con historia. Hace 4.500 años, los egipcios ya la recolectaban, como se observa en los jeroglíficos propios de esta antigua civilización encontrados en sus monumentos funerarios.
En el Antiguo Testamento, podemos leer su nombre como referencia a uno de los árboles de la abundancia de la Tierra Prometida. También en este libro se cuenta que, cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, eligieron la hoja de la higuera para cubrirse
La higuera común no posee un gran tamaño, suele alcanzar entre 2 y 8 metros de altura. Es más ancha que alta, ya que su copa sí llega a alcanzar un porte mayor, desproporcionado con respecto al del tronco.
De todos es conocida la característica forma que presentan las hojas perennes de higuera: palmeadas con un largo pecíolo. Si tocamos una, podremos comprobar su aspereza y su rugosidad.
Algunas higueras son bíferas o reflorecientes porque producen dos cosechas al año, la primera a finales de primavera dando brevas, y la segunda a finales de verano dando higos.
Para reproducir una higuera, cortá una rama semileñosa de una planta madre, colocala en tierra hasta la mitad de su longitud , riégala y dale tiempo a que se recupere, al poco tiempo hecha raíces Esto lo tienes que hacer en primavera. Cuando tenga varias hojas consistentes la transplantás a un macetón, sin romper el terrón de tierra que se formó.